La sabiduría sí es conocimiento, pero es conocimiento combinado con buen juicio que resulta en un buen consejo para uno mismo y para otros sobre asuntos importantes de la vida y que al mismo tiempo apuntan a tener una vida con más bienestar y plenitud...
Virtud de sabiduría
La virtud de la sabiduría es la más difícil de explicar y entender. Y por esto es importante primero definir la palabra sabiduría. ¿Qué es la sabiduría? Y la respuesta intuitiva de la mayoría sería decir que es como inteligencia y no estarían equivocados. Es un tipo de inteligencia o tal vez un conjunto de inteligencias, pero no es la inteligencia típica, la que está relacionada con nuestro IQ (Coeficiente Intelectual) ni con méritos académicos. La sabiduría sí es conocimiento, pero es conocimiento combinado con buen juicio que resulta en un buen consejo para uno mismo y para otros sobre asuntos importantes de la vida y que al mismo tiempo apuntan a tener una vida con más bienestar y plenitud.
Pensemos en Hitler y Gandhi. Hitler es universalmente considerado como alguien intelectualmente brillante, con diferentes conocimientos y habilidades cognitivas muy por encima del promedio. Sin embargo, si nos apegamos a la manera en la que hemos definido sabiduría, Hitler fue muy inteligente pero no fue nada sabio. Y, por el contrario, y tal vez este dato no es muy conocido para muchos, pero Mahatma Gandhi se pasó su vida pasando apenas muchas de sus clases, desde chico hasta que se graduó de la escuela de leyes, habiendo reprobado varias de ellas. Gandhi nunca tuvo la “inteligencia tradicional” que Hitler tenía, pero a nadie le queda duda alguna de la sabiduría que Gandhi le trajo a la humanidad con su vida.
Una virtud que se cultiva
Tener sabiduría no significa tener conocimiento de todas las cosas, sino poner en práctica día con día lo que se va aprendiendo. Vamos teniendo sabiduría cuando decidimos dejar a un lado las cosas malas que aprendimos, cuando aprendemos de nuestros errores y buscamos corregirlos, cuando tenemos herramientas que nos llenan y las compartimos con los demás.
Nos vamos conectando poco a poco con los demás porque al ser una persona con sabiduría entendemos que nuestras decisiones pueden incluir o separar a los demás.
¿Qué fortalezas pertenecen a esta virtud?
Creatividad: Pensar en nuevos y productivos modos de conceptualizar y hacer las cosas.
Curiosidad: Tener interés por lo que sucede en el mundo, encontrar temas fascinantes, explorar y descubrir nuevas cosas.
Apertura mental: Pensar sobre las cosas y examinar todos sus significados y matices. No precipitarse al sacar conclusiones, sino tras evaluar cada posibilidad.
Amor por el aprendizaje: Llegar a dominar nuevas habilidades, materias y conocimientos, ya sea por sí mismo o mediante un aprendizaje formal.
Perspectiva: Ser capaz de dar consejos sabios y adecuados a los demás, encontrando modos para comprender el mundo y para ayudar a comprenderlo a los demás.
Si pudieras elegir ser tu mejor versión: ¿Cómo te gustaría ser? ¿Qué fortaleza te gustaría practicar más? ¿Qué fortalezas identificas en otros? Al hacer una pausa en nuestra vida podemos hacer una exploración de quienes somos y de las personas que queremos ser. Es importante saber que nuestro carácter puede ser desarrollado para vivir una vida con más sentido, más exitosa y más significativa, sin importar las circunstancias…
¡Conoce a Andrea Noroña!
Socia fundadora de HOUP MX, es licenciada en psicología organizacional y se encarga de gestionar el área de Houp Educación.
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