¿Ponemos atención a nuestras emociones?

Si pudiéramos apuntar el lente de la observación objetiva de manera sostenida hacia el interior de nuestra persona, no tardaríamos mucho en darnos cuenta que existe un río de emociones corriendo a través de nosotros. Tal vez tampoco tardarían en emerger preguntas sobre nuestra agencia y control sobre él, ¿podemos intervenir en este río, contener su desbordamiento, impedir su resequedad, desviar su cauce o dictar si éste contiene agua dulce o salada?

¿Por qué cultivar nuestras emociones positivas?

Invariablemente de la respuesta a estas preguntas, no cabría duda que arribaríamos (si mantenemos nuestra observación) a la conclusión de que el color y tono de nuestro día depende enormemente de la composición y concentración de las emociones que se manifestaron durante ese mismo día que acaba de transcurrir. No es estirar la liga de la lógica, el decir que las emociones forman el color o humor del día; o que un humor o estado emocional repetido forma un hábito mental; un hábito mental prolongado forma un rasgo; y un rasgo sostenido a lo largo del tiempo forma una identidad. El sentir enojo, no observado y de manera asidua puede escalar hasta un, “soy un enojón”, el sentir miedo escala a un “soy un miedoso” y el sentir esperanza escala a un, “soy un optimista”. Esto es lo que ha llevado a la ciencia a concluir que la positividad (o negatividad), no es que sea de suma importancia para nuestra felicidad (o tristeza), sino que en realidad la positividad (o negatividad) es sinónimo y significa felicidad (o tristeza).

¿Y, entonces?

Estas son potencialmente buenas noticias porque, si puedo influir sobre el río de emociones el día de hoy, entonces afecto y convenzo a mi identidad del día de mañana. La misma pregunta reemerge, ¿puedo intervenir en este río?, ¿puedo concentrar este río revuelto de más positividad y al mismo tiempo diluir su negatividad? La respuesta es un rotundo, esperanzador y urgente, SÍ.

¡Conoce a Eugenio Hugler!

Socio fundador de HOUP MX, es Ingeniero Químico Administrador y está certificado por UPENN en psicología positiva. Él se encarga de investigar y adaptar el contenido que se abarca en los diferentes programas.